Cuando te gusta el sushi, mejor dicho…cuanto te apasiona el sushi como a Pablo y a mí, que llegamos a salivar cual perrillos de Paulov delante de una foto de pescadito crudo, te inquietas un tanto. Sobre todo porque debido a su precio no podemos tomarlo todo lo que quisiéramos (que sería…¡todos los días!) así que nos conformamos con ir una o dos veces al mes a algún japonés que nos gusta y salivar viendo fotos.
Cuando nuestra economía lo permite y/o hay que celebrar algún acontecimiento especial tenemos dos japoneses que nunca nos fallan.
Miyama. Flor Baja, 5. Madrid. Pocos restaurantes japoneses habrá en Madrid más refinados y más exquisitos que éste y con precios, aceptables. Es caro para nuestra economía mileurista, porque el pescado que tomas, al estar crudo tiene que estar fresquísimo, y eso se paga, y también por lo creativo de los platos, ya que consiguen hacer una fusión entre lo oriental y occidental, como por ejemplo, el sushi estilo Miyama, que en lugar de estar completamente crudo, está ligeramente braseado consiguiendo una mezcla de sabores mmmmm! exquisita. HAY QUE RESERVAR.
Naomi Japonés. Ávila, 14. Madrid. Como no hemos estado en Japón, no lo sabemos, pero debe de ser como una casa de comidas allí. Lleva 30 años ofreciendo sushi, es enano, con muy poquitas mesas y una barra pequeñísima, pero la frescura de sus platos y la amabilidad del personal consiguen que salgas con una gran sonrisa en la cara y la panza bien hinchadita. HAY QUE RESERVAR.
Cuando la economía no está para muchos trotes pero tenemos mucho mono de sushi vamos al restaurante Sakura, en la calle San Cristóbal, 11, cerquita de Sol.
La calidad no es tan exquisita, está todo muy bueno, pero es digamos más basto. La presentación es más sencilla y los trozos de pescado están peor presentados. Aún así, el pescado es fresco y el servicio amable, no hace falta reservar porque suele haber sitio y es más económico que los dos anteriores.
Esta foto tan apetitosa es de Flickr. Ala ¡A disfrutar!
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