miércoles, 18 de junio de 2008

La terraza, caso abierto


Tenemos una terraza en casa con una jardinera aparentemente fértil. La semana pasada y después de años invirtiendo trabajo y dinero en ella, mi madre tiró la toalla. Nada se mantiene, ninguna planta echa raíces, todas inexplicablemente mueren. Podías pensar que las condiciones de orientación, sol etc. de la terraza no son buenas, pero cuando ves que los vecinos tienen cascadas de flores que “emanan” de sus terrazas, te cabreas y sólo te dan ganas de ponerles dos velas negras para que también a ellos se les chafe alguna plantita de vez en cuando.


El caso, es que el sábado pasado, me fui con la inestimable ayuda de Pablo el “maestro jardinero” (ya explicaré en otro post porqué), a Verdecora, un vivero muy majo y no demasiado caro en Majadahonda. Nunca me había responsabilidazo de la terraza y pensé que había llegado el momento, de ocuparme yo misma y den intentar sacarla a flote.


Llenamos el carro de plantas “sufridas”, esas que aguantan bien el calor y la falta de agua; geranios, plantas vivaces y algún cactus, y las planté. En estas fotos que cuelgo veis detalles de la terraza antes de la transformación. Ahora las plantas se están “aclimatando” y con mucho mimo las estoy cuidando, he puesto dos velas blancas y he prohibido a cualquiera que no sea yo o el “maestro jardinero” que las toque.

Dentro de unas semanas veréis la diferencia (¡positiva espero!)

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