Hace un año, un amigo se echó un novio que tenía la casa llena de motivos indios, quita pesadillas, pósters de los indios navajos., etc. En cuanto me describió su casa, ya me había hecho una idea de cómo sería él físicamente y de su personalidad. Y la verdad es que acerté.
Por supuesto, a veces me equivoco, sobre todo cuando los dueños de la casa tienen mucho dinero y poco o ningún gusto ni interés en decorarla, y encargan al gran almacén de turno que les decore la casa.
Quedan entonces, hogares impersonales, “de tienda” los llamo yo, donde no hay la más mínima sensación de calidez ni detalle de sus dueños y donde en muchas ocasiones no sé ni dónde sentarme por miedo a estropear el mullido de un sofá blanco o la silla de ultra diseño incomodísima.
Quedan entonces, hogares impersonales, “de tienda” los llamo yo, donde no hay la más mínima sensación de calidez ni detalle de sus dueños y donde en muchas ocasiones no sé ni dónde sentarme por miedo a estropear el mullido de un sofá blanco o la silla de ultra diseño incomodísima.
Y la verdad, nunca, nunca, nunca lo he entendido. ¿Cómo puedes dejar en manos de alguien la decoración de tu casa?
La casa es una prolongación de ti, es donde al menos, deberías estar más a gusto, ¿no?
Por qué entonces, dejas que alguien "meta mano" en ella...
Por eso, a partir de hoy abro una sección nueva de decoración donde colgaré post con cosas bonitas que veo en otros blogs, en otras webs…, que me encantaría tener y poner en mi casita, y que aunque ni tengo casa propia ni dinero para comprarlas, simplemente me encantan. Y quién sabe, quizá sirvan de inspiración para todos aquellos que sí que tienen una casa, piso, estudio… y proclaman a los cuatro vientos ¡Soy el dueño de mi casa!
La casa es una prolongación de ti, es donde al menos, deberías estar más a gusto, ¿no?
Por qué entonces, dejas que alguien "meta mano" en ella...
Por eso, a partir de hoy abro una sección nueva de decoración donde colgaré post con cosas bonitas que veo en otros blogs, en otras webs…, que me encantaría tener y poner en mi casita, y que aunque ni tengo casa propia ni dinero para comprarlas, simplemente me encantan. Y quién sabe, quizá sirvan de inspiración para todos aquellos que sí que tienen una casa, piso, estudio… y proclaman a los cuatro vientos ¡Soy el dueño de mi casa!
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